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Manuel Andújar
Manuel Andújar (1913-1994), cuya amplia producción literaria se centra en la situación de la sociedad española del siglo XX, nació en La Carolina y fue perito mercantil. Tras la Guerra Civil española, después de haber pasado por un campo de concentración francés, se fue a México, donde trabajó en diversas editoriales y fundó, junto con otro escritor exiliado español, José Antonio Arana, la revista “Las Españas”.
Con su primera novela, “Cristal herido“ (1945), se inicia el ciclo “Lares y penares”, que constituye el grueso de su obra, en el cual realiza una reflexión e interpretación histórica novelada de la España anterior a la guerra. No se trata de una saga familiar, sino que cada novela es independiente y autónoma argumentalmente. Al contrario de lo que sucede con la mayoría de la literatura española del exilio, sus novelas no se resienten de la lejanía del lugar sobre el que narra, ya que él se centra en sus recuerdos y en la España que sí vivió, la anterior a la contienda, para analizar la sociedad española desde perspectivas éticas con el fin de entenderla. Este ciclo está formado por la trilogía “Vísperas“ –“Llanura“ (1947), “El vencido“ (1949) y “El destino de Lázaro“ (1959)–, “Historia de una historia“ (1973), “La voz y la sangre“ (1984), “Cita de fantasmas“ (1984) y “Mágica fecha“ (1989).
Su obra fue evolucionando desde una novela tradicional española a lo Pérez Galdós (todo el ciclo anterior) hasta planteamientos con mayor preocupación formal y estética –“Un caballero de barba azafranada“ (1992)–, y en ocasiones de claro carácter simbólico, como “La franja luminosa“ (1973). El lenguaje también ha sufrido semejante evolución, se ha ido haciendo cada vez más barroco, con léxico muy rico y una frase muy elaborada, que demuestra su búsqueda y preocupación por conseguir el tono literario adecuado.
También ha escrito una vigorosa poesía introspectiva –“La propia imagen“ (1961 y 1977), “Campana y cadena“ (1965), “Fechas de un retorno“ (1979) y “Sentires y querencias“ (1984)–, teatro, cuentos, libros de ensayo y crónicas; entre éstas, la más valorada por la crítica literaria es “Saint Cyprien, plage, campo de concentración“ (1942), sobre sus recuerdos en el campo de concentración francés.
