La vida de Alonso de Bonilla y Garzón (Baeza, 1569-1642) es poco conocida, pero tal fue su fama entre los poetas de su época, que el mismísimo Lope de Vega le llamó “La maravilla octava del Parnaso”, elogiando su labor poética en “La Filomena”, “El Laurel de Apolo” y en las “Aprobaciones”. Alonso de Bonilla era conocido en Baeza como poeta y sobre todo como platero orfebre barroco. Está documentado que en 1611 cobró a la Iglesia cierta cantidad de dinero por la confección de un relicario que no ha llegado a nuestros días. Muere en su ciudad y al poco de morir su hijo Andrés publica en Baeza la obra póstuma de su padre “Nombre y atributos de la impecable siempre Virgen María”.
Alonso de Bonilla ya había publicado “Peregrinos pensamientos de misterios divinos”, en Baeza, en 1614; en 1615 “Glosas a la Inmaculada Concepción”; “Letras y romances nuevos al Santísimo Sacramento”, en Sevilla, en 1617; y también en 1617 el “Nuevo jardín de flores divinas”. Según la crítica a él le corresponde, junto al segoviano Alonso de Ledesma, el título de precursor del Conceptismo, a partir de su posición manierista. Tanto por el aspecto formal de su obra como por la temática, es un claro exponente del conceptismo andaluz.