Curro Vázquez (1952), matador de toros, nació en Linares el 1 de mayo de 1952, pero ha sido considerado siempre un torero de Madrid, heredero en el afecto de los aficionados de Antonio Bienvenida y, más recientemente, de Antonio Chenel “Antoñete“. Pese a tratarse de un torero al que siempre se acusó de fragilidad, fueron las graves cornadas sufridas ante los toros las que trazaron su destino en lo bueno y en lo malo de su oficio. Su alternativa tuvo lugar en la plaza de Vista Alegre, en el barrio madrileño de Carabanchel, el 12 de octubre de 1969, de manos de José Fuentes, que debió matar cinco de los seis toros de Barcial, porque el toricantano fue malherido en la ingle por Batanero, el primero de la tarde. La confirmó el 15 de mayo de 1970, apadrinado por Antonio Lomelín y acompañado por José Falcón, con toros de Alonso Moreno de la Cova. Sus posteriores temporadas dejaron ver a un torero fino, de clase, pero que no llegaba a despegar hasta que, en la feria de San Isidro de 1983, un toro de Joaquín Moreno Silva le rompió la arteria femoral y la vena safena en una cogida que en primer término puso en peligro la vida y amenazó más tarde la pierna del torero. Desde su inmediata y asombrosa recuperación cosechó sus mejores triunfos, tanto en Madrid como en otros cosos, con su toreo clásico –mejor cuanto más “vazqueño“ que cuando era “antoñetista“– y en el que la facilidad para andarle a los toros se unía a su riqueza de detalles llenos de inspiraciones felices. El 4 de octubre de 2002, en el madrileño de Vista Alegre, se despidió de los ruedos, compartiendo cartel con Julián López Escobar “El Juli”.