Luis Bergés Martínez (Guadalajara, 1891-Jaén, 1939) era hijo de padres jiennenses. Su padre era comandante del Cuerpo de Ingenieros y profesor de la Academia Militar. Vivió primero en Granada, pero luego la familia se estableció en el Jaén de sus raíces. Aquí hizo el bachillerato y terminó arquitectura en 1919. En 1922, después de trabajar para el Catastro Urbano de Málaga, obtuvo por oposición la plaza de arquitecto municipal de Jaén. En 1924 fue designado arquitecto de la Diputación Provincial. También arquitecto diocesano y de las obras civiles del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes de la Provincia. Fue también profesor de la Escuela de Artes y Oficios.
Bergés Martínez hizo bastantes edificios públicos y privados. A Jaén dedicó casi toda su vida profesional. Intervino en la terminación del Seminario Diocesano, hizo la Clínica de Los Palmas y varios edificios modernistas. Viajó por Francia, Bélgica, Alemania y Suiza para la construcción de un manicomio moderno, “Los Prados”, de Jaén. Emitió informes sobre monumentos de la provincia, entre ellos uno, en 1930, sobre el estado de ruina de la Iglesia de Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda.
Tuvo una gran visión de futuro y a él se debe un ambicioso proyecto para el Ensanche de Jaén en 1927 y también el de la frustrada prolongación de La Carrera. Hizo el Pabellón de la Provincia de Jaén para la Exposición Ibero-Americana de Sevilla (1929), cuyo proyecto mereció una Medalla de Bronce. Fue amante de la cultura, especialmente de la música, y se distinguió como un arquitecto urbanista y humanista vinculado desde siempre con la ciudad de Jaén.