El pintor Francisco Arjona nace en Torredonjimeno en 1944. Con apenas doce años se traslada a Madrid donde, tras proseguir el ciclo universitario, se licencia en la Facultad de Bellas Artes de la misma ciudad. A la par que su labor creativa, realiza trabajos de restauración en el Instituto de Restauración de Madrid.
Allí se incorpora a una generación de artistas de amplia gama, tales como Guillermo Pérez Villalta, Miguel Ángel Campano o Ferrán García Sevilla, guiados por la estela del gran artista Luis Gordillo. Su obra supone una ruptura con el canon figurativo, disgregándolo, en pos de una búsqueda compositiva deliberadamente arbitraria. Hacia 1983 comienza una serie tributo a pintores como Modigliani o El Greco que rodea de un ambiente surreal y onírico al modo de El Bosco.
Su primera medalla la obtiene en 1972 y en 1973 la Segunda medalla del Salón de Otoño de Madrid, comenzando así una carrera en la que ha cosechado numerosos premios.